Desde hace dos o tres años nuestro centro de salud se fue rejuveneciendo. Primero de forma tímida con dos o tres alumnos de sexto de medicina y algún alumno o alumna de enfermería. A fecha de hoy tenemos de forma más o menos continuada entre 6-8 alumnos de medicina, 1-2 alumnos de enfermería, alumnos ocasionales de fisioterapia y residentes de pediatría y alguna EIR.
Han sido capaces de bajar la edad media de los trabajadores del centro de salud y han abierto ventanas de aire fresco que nos estimulan en el trabajo.
Fui el primer médico del centro de salud que tuvo un residente rotando en el centro. Era un residente de último año de geriatría con quien disfruté y aprendí muchísimo. Ya había algunos enfermeros que tutorizaban estudiantes y residentes de enfermería. La experiencia de estar con un residente fue tan buena (aunque fugaz) que me animó a recibir estudiantes de medicina.
Verlos entrar con la timidez del primer día, con esa mezcla de respeto y actitud espectante («vamos a ver el caso que nos hacen aquí») hace que me retrotaiga algunos años (ya décadas) y verles al cabo de unos días cómo se integran en el equipo de trabajo, cómo interactúan con otros profesionales y con algunos pacientes, cómo se van implicando y creciendo profesional y personalmente es una satisfacción importante que quería compartir en este blog.
Actualmente recibimos alumnos de tercero y sexto de dos universidades. Con la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid llevamos colaborando desde el año 2015 y con la Universidad Alfonso X el Sabio desde el año 2017. Recibimos alumnos de tercero de medicina y de sexto.
Muchos de los alumnos de tercero es la primera vez interactúan con una persona como paciente. Les sorprende mucho la actitud de confianza que se genera en el centro de salud entre los sanitarios y la población a quien atendemos y la continuidad en la asistencia que hace que nos sepamos su biografía socio-sanitaria y que conozcamos a muchos otros actores de su entorno (condiciones sociales, domicilio, trabajo, familia). Con ellos trabajamos tres cosas fundamentales: entrevista clínica, exploración física básica y farmacología. Sus conocimientos clínicos son aún escasos pero el primer contacto tan temprano (aunque sea escaso en el tiempo) les enseña que hay vida sanitaria (e incluso inteligente) más allá del hospital.
Los alumnos de sexto de medicina poseen unos conocimientos clínicos teóricos mayores (a veces hasta te ponen en aprietos) y se asombran de la relación que tenemos entre los profesionales sanitarios del centro de salud. Les llama mucho la atención el trabajo en equipo interdisciplinar, la autonomía en la toma de decisiones de la enfermería de atención primaria frente a la enfermería del hospital y sobre tod que tomemos café todos juntos!.
Con ellos trabajamos razonamiento clínico, exploración física y entrevista clínica. Les mostramos algunas técnicas diagnósticas desarrolladas en atención primaria como la ecografía clínica y la dermatoscopia y algunas técnicas de tratamiento como la cirugía menor y la crioterapia.
Les llama mucho la atención el papel de los médicos de familia no solamente en la prevención, el diagnóstico y seguimiento de enfermedades; sino en la armonización y orquestación de todos los procesos de cada uno de los especialistas hospitalarios (a veces detectamos desajustes en el tratamiento pautado por diferentes especialistas) y el contexto psicosocial en el que desarrollamos una actividad que hasta el momento han percibido desde una perspectiva casi exclusivamente biológica. La cercanía (sobre todo quienes tienen la oportunidad de participar en actividades comunitarias) y la continuidad sistencial les impresiona mucho.
Además de redactar un caso clínico tienen que leer una a científico en el entrono de la atención primaria (para que tengan la perspectiva de la investigación en este nivel asistencial) y en nuestro centro de salud se llevan de «regalo» un curso de interpretación básica de electrocardiograma y RCP.
Ya hemos tenido la experiencia de varios alumnos que rotan en tercero con alguno de los profesionales del centro y solicitan volver a realizar la rotación en sexto con el mismo tutor o tutora. Verles en un crecimiento personal y con una madurez personal (tres años de universidad son muchos) es una satisfacción también para nosotros.
Ver como crecen y como regresan a contranos al año siguiente su experiencia en el MIR es una satisfacción muy grande.
Hasta algún loco o loca ya se ha interesado qué tiene que hacer para formarse como residente de medicina de familia en nuestro centro de salud.
El cambio de de nominación de «Centro de Salud Santa Isabel» a «Centro de Salud Universitario Santa Isabel» es mucho más que incluir una palabra. Es ilusión, crecimiento, madurez de profesionales que se forman y formamos.
¿Y para los pacientes?. Mi experiencia personal es que si tenemos la habilidad de integrar a los estudiantes en la dinámica de la consulta no hay problemas ni interferencias en la comunicación que se desarrolla entre el profesional sanitario y el paciente. Nos han contado las mismas cosas y de la misma manera en la consuta estando o no un estudiante a nuestro lado.
Solo hay un problema…. ciertyo retraso en la asistencia que por el momento es comprendido y respetado por todos. Cuando el retraso es considerablemente mayor que el habitual, desde dentro de la consulta es frecuente escuchar «hoy tiene estudiante» desde la sala de espera.
Gracias a los alumnos que han rotado, están rotando y rotarán por mi consulta. Me dáis más de lo que yo os doy a vosotros. Cubrís una faceta fundamental en el desarrollo profesional de un sanitario, porque no solo de la asistencia vive el sanitario. Gracias a vosotros nuestro perfil docente se puede desarrollar, nos estimuláis al estudio, a la formación continuada y a seguir investigando. Nunca seréis un obstáculo en la consulta, más bien una ráfaga de aire fresco de ilusiones renovadas.
Médico de Familia. Doctorando URJC. Apasionado por la aplicación de la tecnología en todos los aspectos de la salud. Entreno Pokemon, investigo con bots y a veces buceo.