Las 10 diferencias de la pandemia por COVID-19 en España

¿Por qué en nuestro país da la sensación que la pandemia se está comportando de forma diferente a otros países de nuestro entorno?.

Existen numerosas diferencias que podemos analizar.

Antes de intentar discutir cada una de ellas tenemos que recordar que se trata de una pandemia producida por un virus respiratorio que se transmite a través de microgotas exhaladas por la boca y nariz. De esta manera, acciones como hablar, cantar, fumar, toser o estornudar son formas de transmitir este virus y que cuanto más próximos estemos unos de otros, mayor y más rápida será la transmisibilidad del mismo.

Parece que la incidencia acumulada por semana y por habitante en España en las primeras semanas de agosto era más elevada que en el resto de países de Europa. Este dato fue utilizado por otros países para restringir la venida a España de turistas, recomendar la no presencia en nuestro país o poner trabas a la salida o a la llegada de personas procedentes de alguna de nuestras regiones. Pero desde mediados de agosto estamos viendo que a pesar de estas restricciones que se pusieron en marcha por el aumento en estos países de casos procedentes del extranjero, se está observando un aumento progresivo tanto en el número de casos detectados por habitantes como en el número de muertos por habitante en estos países.

¿Se trata de que España es diferente o que vamos por delante en una fase epidémica donde hay variables que se nos escapan?. ¿Deberíamos ser criticados o estudiados?.

Aún así hay una serie de razones culturales, de gestión, de asistencia sanitaria… que nos diferencian de otros países.

  1. Proxemia: El antropólogo estadounidense Edward Hall acuñó el término proxémica en 1963 para referirse al uso que hacemos del espacio como parte de la comunicación. Las distancias interpersonales considerables como no invasivas de la intimidad son muy variables entre culturas y entre países. En España la distancia pública, social, personal e íntima tolerables son muy cercanas y además evolucionan de manera muy rápida hasta llegar habitualmente a distancia cero (contacto piel con piel). Nuestra proximidad entre desconocidos y entre grupos de amigos es menor que en otras culturas por lo que la transmisibilidad potencial del virus puede ser mayor (o más rápida).



  2. Apoyo y estructura familiar: Las relaciones intrafamiliares en España son muy fuertes creándose una serie de vínculos entre familia directa y ampliada que generan encuentros y reencuentros físicos sucesivos. También existen varios motivos para ello no solamente culturales:
    1. Proximidad geográfica: Las familias escindidas del núcleo germinal suelen vivir en proximidad incluso muchas veces en el mismo municipio.
    2. Mantenimiento del núcleo familiar: La proximidad geográfica y el mantenimiento de los vínculos de apoyo familiar hacen frecuentes las reuniones periódicas de familia extendida.

      La falsa sensación de seguridad dentro de la familia, unido a las reuniones periódicas con una distancia social escasa hacen de estas reuniones una perfecta vía de diseminación de la epidemia con rapidez y eficacia demostrada.

  3. Vida social ampliada: Pero nuestras relaciones no solamente se circunscriben a la familia (próxima o ampliada), sino que nuestras relaciones sociales extrafamiliares son también muy amplias. Las amistades, aunque sean superficiales, aportan grandes ventajas para la salud y en España somos muy sociables con una media de 9 amigos por persona que nos sitúa a la cabeza de Europa, sólo por debajo de los daneses, con 12.



  4. Clima: La conjunción de verano con clima benévolo hace que la vida en la calle sea mayor. Salidas con grupos de amigos durante más tiempo generan más riesgo de transmisión.



  5. Falsa sensación de seguridad: Entre familia y amigos consideramos que el riesgo de contagio es menor. Una falsa seguridad que ha hecho que el número de brotes en reuniones familiares y espacios de ocio se haya disparado en las primeras semanas de este verano. No hay que culpabilizar ni a las reuniones familiares ni a las empresas de ocio nocturno porque si se cumplen las medidas de prevención de contagio no tienen porqué originarse más casos. El riesgo es el comportamiento individual y colectivo que nos lleve a adquirir situaciones de riesgo. Influyen también en la percepción minimizada de riesgos dos variables interesantes además de la falsa seguridad de que un amigo no nos va a contagiar: la sensación de invulnerabilidad de los jóvenes y el consumo de alcohol y drogas.

 

Podríamos deducir que en un país donde la proximidad interpersonal estrecha (que no se vive como una intromisión en la intimidad) con grandes relaciones familiares y extrafamiliares, con una vida social intensa basada en compartir y en época de verano (más tiempo libre, más horario para disfrutar en compañía) el riesgo de transmisión del virus es más elevado.

Estas afirmaciones quieren desculpabilizar a la población. Estoy seguro que nadie se quiere infectar y que la percepción de riesgo es muy variable e individual.

Desculpabilizar no es lo mismo que dejar de asumir responsabilidades como sociedad ya que el uso de la mascarilla, la distancia social y el lavado de manos es la única manera que tenemos para prevenir la infección de cualquier virus respiratorio, digan lo que digan esos negacionistas.

Bio | + posts

Médico de Familia. Doctorando URJC. Apasionado por la aplicación de la tecnología en todos los aspectos de la salud. Entreno Pokemon, investigo con bots y a veces buceo.