¿Todos pierden con la pandemia?. Opinión geo-político-económico-estratégica del nuevo orden mundial.

En este escenario donde cada día nos levantamos y acostamos con noticias de afectados, infectados, muertos y brotes y rebrotes a nivel local, nacional y mundial parece que la especie humana va a tocar a su fin. Escenario apocalíptico donde parece que todos perdemos… pero solo lo parece.

Imagen de Thanasis Papazacharias en Pixabay

Es cierto que la gran mayoría de la población pierde:

  1. Aumenta el paro. Se congelan los salarios. Numerosos negocios pequeños en ruina.
  2. Personas que enferman y mueren.
  3. Escolares que ven mermado su derecho a una educación y profesores que con gran esfuerzo, imaginación y riesgo personal intentan mantenerla.
  4. Sanitarios que luchan contra la extensión de lo inabarcable.
  5. Nuestra forma de relacionarnos, de mantener y cultivar las amistades, de hacer familia está cambiando.
  6. Nuestra forma de consumir y nuestro ocio está cambiando.

Todo parece negativo. Pero hay personas (empresas, gobiernos) que ganan. Ganan poder y ganan dinero, mucho dinero.

Esta pandemia se ha convertido en una guerra mundial donde el manejo de los medios de comunicación (como en toda guerra la propaganda es fundamental) es un elemento clave. No creo (ni quiero hablar) de teorías de conspiración. No creo que el SARS-CoV-2 sea un virus artificial, ni un arma biológica, pero lo que sí creo es que la coyuntura existente está siendo aprovechada por las personas que tienen el poder para obtener beneficio.

Y no me refiero a quienes tienen el poder político (que son mandos intermedios), sino a quienes tienen el poder económico.

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Estamos ante un guerra económica entre grandes potencias donde claramente por un lado está el eje EE.UU-GranBretaña y por otro lado China. Rusia y la UE en una posición por ahora intermedia. El conflicto árabe-israelí (perteneciente a una etapa histórica ya pasada) parece que está en vías de resolución porque ahora existen nuevos frentes que solucionar con otras medidas de resolución de conflictos. Potencias que antes eran emergentes como Brasil han quedado bloqueadas por la expansión del virus.

El mundo tal y como lo conocíamos ha cambiado y esto hace que problemas antíguos carezcan de sentido y que el nuevo orden geo-político-económico-estratégico de lugar a un nuevo mundo, con un nuevo orden y nuevas alianzas a nivel mundial. Exactamente lo mismo que ocurre después de cualquier conflicto armado.

El sistema mundial creado a principios del s XXI es mucho más interdependiente que nunca antes en la historia de la humanidad. Las facilidades para viajar, el desarrollo y popularización de Internet que supone desaparición de fronteras culturales, el final de la Guerra Fría, los numerosos acuerdos comerciales y el rápido desarrollo de países emergentes, son hechos que se han combinado para favorecer esta interdependencia. El abaratamiento de costes que supuso llevar la producción a extremo oriente y sudeste asiático (especialmente a China) hizo que este país pasara de ser una gran fábrica (finales del siglo XX) a empezar a producir sus propias marcas con el conocimiento adquirido (cambio de siglo) hasta innovar y generar nuevos productos más baratos y mejores que los existentes (principios del s XXI) suponiendo una alteración del statu quo económico y político.

Expertos en economía han identificado cinco súper-ciclos durante el último siglo y medio: la primera era de globalización ( entre 1860 y 1914), las grandes guerras mundiales y la depresión (entre 1914 y 1945),  la vuelta del patrón oro (entre 1945 y 1971), el comienzo del sistema fiduciario y la elevación de la inflación (entre 1971 y 1980), la segunda globalización (entre 1980 y 2020) y la era del desorden ( a partir de 2020).

Durante década, familias de clase media y baja han mantenido su nivel de vida a través de aumentar su deuda lo que ha dejado estos problemas en una situación cronificada. La globalización se ha puesto en duda y la reversión de la misma, catalizada por la pandemia covid-19, es uno de los propulsores de esta era que algunos han  denominado como la era del  desorden. Pero «no todo desorden es malo» ya que algunos cambios pueden dejar que se inicie un vuelco social y económico que podrá invertir tendencias negativas como la desigualdad.

De esta forma, el «juego» mundial (mezcla de Monopoly® y Risk®) ha iniciado una nueva partida y los dados se han acelerado por la aparición de la pandemia.

En los países se nota:

  1. Manipulación político-económica de las cifras de afectados y fallecidos. Todos los países «maquillan las cifras» cambiando y modificando las definicios de casos o de fallecidos por covid-19 para adaptar su puesto en el «ranking mundial» a intereses que van más allá de los sanitarios. Personalmente no me creo las cifras oficiales de ningún país pero especialmente las de Rusia, Brasil y en nuestro entorno más próximo ni las de Italia ni las de Alemania.
  2. Retorno de la producción a entornos más próximos a costa del aumento del coste de la misma.
  3. Aumento de movimientos políticos y sociales nacionalistas.
  4. Proteccionismo económico y restricciones al libre comercio existente a nivel mundial.

Todo ello no ha sido causado por el coronavirus, pero sí es una consecuencia de esta pandemia.

Pero ¿quien gana?. Hay empresas que han visto aumentado su poder y su valor económico por las nuevas formas de comportamiento y consumo que está adquiriendo (de forma natural o condicionada) la población.

  1. Comercio electrónico: El «nuevo orden» va a hacer que tengamos más miedo a salir a la calle y nuestro consumo se va a modificar. La compra por Internet de bienes y todas las empresas relacionadas con ella (desde las que se ocupan del posicionamiento de una marca hasta las que nos traen el producto a casa o las que engloban todo el proceso) se están benficiando de ello.
  2. Ocio digital de consumo doméstico: Las grandes plataformas de ocio por internet (desde juegos on line, plataformas distribuidoras de ocio y cultura en formato digital para consumo doméstico) han aumentado el número de suscriptores.
  3. Empresas de hardware: Muchas personas han comprado un nuevo ordenador o teléfono móvil para actualizar los equipos informáticos. Estar conectado (o hiperconectado) en esta nueva era es importante.
  4. Farmacéuticas: Las grandes compañías farmacéuticas han invertido millones de dólares en el desarrollo de vacunas, pero el retorno a corto plazo va a ser superior. Posteiormente vendrán el desarrollo de antivirales y tratamientos específicos para el coronavirus.

Los grandes perdedores son:empresas relacionadas con viajes-turismo, ocio nocturno presencial, cultura presencial (cines, teatros, conciertos…), moda y ropa (ha vuelto de nuevo el chandall).

Un nuevo orden, un nuevo mundo, unas nuevas reglas que van a ir marcando un nuevo estilo de vida dirigido por la potencia ganadora. Y como después de todo gran conflicto será necesaria una inyección económica de rescate a los perdedores para reflotarles ya que siempre hay que tener un «enemigo» lo suficientemente fuerte como para que sea un objetivo, pero lo suficientemente poco poderoso para que sea una amenaza.

Y mientras tanto seguiremos peleando, discutiendo y enfadándonos con los actores secundarios a nivel local o nacional desde nuestros sillones y conectados o los bulos de las redes sociales genrados para mantenernos entretenidos en esta gran batalla que se libre ante nuestros ojos pero de la que no participamos.

 

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Médico de Familia. Doctorando URJC. Apasionado por la aplicación de la tecnología en todos los aspectos de la salud. Entreno Pokemon, investigo con bots y a veces buceo.