Desde hace una semana he desinstalado la aplicación Whatsapp de mi teléfono móvil. No vivo más desinformado y creo que estoy un poco más feliz.
Hace una semana y por tema exclusivamente personal decidí desinstalar whatsapp de mi teléfono movil. Se trataba de un grito íntimo, pero potente, al vacío que pensaba iba a tener escasa transcendencia en mi vida ya que, en ese momento, la idea era reinstalarlo al cabo de unas pocas horas.
Pero pasó el fin de semana y… no pasó nada, salvo que miraba mi móvil con la espera de tener mensajes que leer… y no había mensajes.
Durante esta semana no he dejado de hacer nada que tuviera planeado, no he tenido problemas para comunicarme en caso de necesitar decirle algo a alguien…. No he tenido sensación de desprenderme de una herrmienta fundamental de comunicación. A partir del miércoles las miradas al teléfono para «ver si había mensajes pendientes de leer» eran mucho menores y hoy viernes ya casi inexistentes.
Por ello me he dado cuenta de varias cosas:
- Personalmente tenía a Whatsapp sobrevalorado.
- No he sentido déficits de comunicación sin su presencia.
- He utilizado otras herramientas de comunicación (posiblemente algún correo electrónico más, algún viejuno SMS e incluso un par de llamadas de teléfono de voz por un aparato que se llama teléfono, pero al que hablamos poco).
- Algunos de mis contactos han descubierto otras plataformas de mensajería tan (o más) interesantes que whatsapp y que sí he mantenido instaladas en mi terminal.
El miércoles o el jueves iba a reinstalar la aplicación pero de repente leo esta noticia, presente en todos los medios…. y la verdad es que se me han quitado las ganas de reinstalarlo.
- Los partidos podrán mandarte «propaganda genérica» a WhatsApp, pero no rastrearte
- En busca del voto perdido: Los partidos políticos pretenden hacer spam movil
- Todo lo que podrán hacer los partidos con tus datos gracias al ‘Gran Hermano’ político
- Nace el ‘gran hermano’ político
- ¿Permite la nueva Ley de Protección de Datos enviar propaganda electoral a tu Whatsapp?
- Los partidos quieren ser el Gran Hermano.
Y es que como sociedad hemos vuelto a caer.
Consideramos que una herramienta es fundamental para nuestra vida («cómo hemos podido vivir antes de que se inventara el Whatsapp!!») y resulta que cuando todos la usamos aparecen las formas para espiarnos y manipularnos.
La verdad es que esta noticia me ha enfadado y mucho (soy consciente que a través de mi escasa participación en redes sociales ya he vertido suficienciante información sobre mi intimidad que sirve al BigData para crear tendencias y contribuir a generar perfiles, se además que analizando dos o tres de mis reacciones pueden llegar a saber mi ideología política, mi religión, mi sexo y mi rango de edad (aunque juego mucho a despistar), pero aún así soy consciente de que ya hemos caído en la esclavitud de la red, de las redes.
A lo mejor es una pataleta infantil, a lo mejor la tengo que reinstalar, pero por el momento vivo feliz sin Whatsapp (y además, si hay algo que no me apetece hacer…. siempre tengo la excusa de no haberme enterado por no tener Whatsapp).
Información a mis contactos: No es que no responda a los güasás, es que ya no tengo el programa. Pero si queréis algo de mí sabéis que respondo el correo, tengo otras aplicaciones de mensajería, recibo SMS e incluso me podéis llamar por teléfono
Médico de Familia. Doctorando URJC. Apasionado por la aplicación de la tecnología en todos los aspectos de la salud. Entreno Pokemon, investigo con bots y a veces buceo.